Mi amigo Alfredo nos invitó a Antonio y a mí a pasar el fin de semana en La Manga, y como resulta que eso caía en Murcia, me acordé del reportaje que puso Gus de la pared de Leiva, así que se empezó a fraguar en mi cabeza la idea de meterle mano a una vía "de verdad".
Como no somos ningunos máquinas escalando (sobre todo yo) y tampoco teníamos experiencia práctica en vías de esta magnitud, pues nos fuimos a escalar unos días antes una vía de 90 metros en Alfacar, que dejamos en unos 70-80 m porque el último largo era un 7a, y nosotros pensamos que es mas interesante el IV/V grado que esas cosas raras que hacen algunos como subir techos con unos pocos dedos...
El caso es que esto sirvió para que le explicara a Antonio la mucha teoría y poca práctica que tenía yo en estas lides, y el muy inocente se sentía seguro con mis conocimientos...
Hasta última hora de la tarde del viernes Antonio no decidió si venía (y por lo tanto, también decidió si iba yo...), pero no por no confiar en mí, ojo, sino porque estaba cansado de no dormir el día anterior (pero por trabajo, que penita...).
Y llegó el sábado por la mañana y partimos hacia nuestro destino... Mordor...
Bueno, creo esto no iba aquí....
Y llegó el sábado por la mañana y partimos hacia nuestro destino... Sierra Espuña...
Aquí es donde se deja el coche, nos queda un pateíllo de unos 40 minutos para llegar a nuestro objetivo.
Como se ve, Antonio solamente llevaba su casco y la cuerda, lo que significa que YO llevaba el resto de material, el agua y la comida en la mochila. Más adelante pensaba devolvérsela haciéndole escalar de primero el 2º largo, el más difícil, pero al final el quiso que empezara yo la escalada, así que no lo tuve que engañar...
Cuando vemos la pared, impresiona, pero cuando vemos gente escalando, si que impresiona de verdad. Alfacar se queda muy pequeño a su lado...
Y llegamos al pie de vía. Miro hacia arriba y sólo veo una chapa. No siento miedo (claro que esto es porque se que es un cuarto muy fácil). Antes de empezar, hablamos con una cordada que acababa de hacer el espolón, y como no se nos ocurrió preguntarles acerca de la ruta de bajada, su presencia allí comiendo (aparte de nuestra ceguera y un punto de idiotez quizá) hará que nos confundamos más tarde...
Me preparo para subir...
Y ya estoy en la primera reunión!!! que velocidad...
Hay 2 reuniones posibles, una equipada con químicos y otra con chapas más cerca de la fisura del 2º largo. Usamos la de las chapas porque parecía más cómoda.
Ahora le va a tocar sufrir a Antonio, a la salida de la reunión está el paso más difícil de la vía.
Aunque después confesó que sudó lo suyo, el caso es que subió como una bala...
Este paso está mejor protegido que algunas vías de deportiva, aunque los 2 seguros de la fisura son clavos...
Como íbamos a escalar con las horas de más calor, fuimos bien surtidos de líquido, 3 litros de agua y uno de zumo (y cayeron todos). Pero la cosa es que tanto líquido, la comida, los botines y algunas cosillas más, hacían que la mochila del segundo pesara en exceso... y cuando me la puse, me di cuenta de que esto iba a ser duro... En el último clavo de la fisura, después de quitar la express, se me empezó a cargar el antebrazo y me tuve que soltar, viendo que me quedaba colgado por debajo de la fisura (mierda de elasticidad de la cuerda...). Unos segundos de mosqueo y usé la técnica del escaqueo, es decir, subí por el lado que era más fácil y no me forzaba demasiado el brazo (ya veía a Antonio haciendo la vía entera de primero...)
2ª reunión - Claramente en este momento las sensaciones de los 2 eran muy distintas... Pero con unos minutos de descanso, me sentí mejor y tiré p'alante.
Al final no seguimos las indicaciones de Gus (esto seguramente debido a nuestro punto de idiotez comentado anteriormente...) y montamos la reunión de más abajo (un poco más arriba había otra equipada nuevamente con químicos).
Como se ve, Antonio solamente llevaba su casco y la cuerda, lo que significa que YO llevaba el resto de material, el agua y la comida en la mochila. Más adelante pensaba devolvérsela haciéndole escalar de primero el 2º largo, el más difícil, pero al final el quiso que empezara yo la escalada, así que no lo tuve que engañar...
Cuando vemos la pared, impresiona, pero cuando vemos gente escalando, si que impresiona de verdad. Alfacar se queda muy pequeño a su lado...
Y llegamos al pie de vía. Miro hacia arriba y sólo veo una chapa. No siento miedo (claro que esto es porque se que es un cuarto muy fácil). Antes de empezar, hablamos con una cordada que acababa de hacer el espolón, y como no se nos ocurrió preguntarles acerca de la ruta de bajada, su presencia allí comiendo (aparte de nuestra ceguera y un punto de idiotez quizá) hará que nos confundamos más tarde...
Me preparo para subir...
Y ya estoy en la primera reunión!!! que velocidad...
Hay 2 reuniones posibles, una equipada con químicos y otra con chapas más cerca de la fisura del 2º largo. Usamos la de las chapas porque parecía más cómoda.
Ahora le va a tocar sufrir a Antonio, a la salida de la reunión está el paso más difícil de la vía.
Aunque después confesó que sudó lo suyo, el caso es que subió como una bala...
Este paso está mejor protegido que algunas vías de deportiva, aunque los 2 seguros de la fisura son clavos...
Como íbamos a escalar con las horas de más calor, fuimos bien surtidos de líquido, 3 litros de agua y uno de zumo (y cayeron todos). Pero la cosa es que tanto líquido, la comida, los botines y algunas cosillas más, hacían que la mochila del segundo pesara en exceso... y cuando me la puse, me di cuenta de que esto iba a ser duro... En el último clavo de la fisura, después de quitar la express, se me empezó a cargar el antebrazo y me tuve que soltar, viendo que me quedaba colgado por debajo de la fisura (mierda de elasticidad de la cuerda...). Unos segundos de mosqueo y usé la técnica del escaqueo, es decir, subí por el lado que era más fácil y no me forzaba demasiado el brazo (ya veía a Antonio haciendo la vía entera de primero...)
2ª reunión - Claramente en este momento las sensaciones de los 2 eran muy distintas... Pero con unos minutos de descanso, me sentí mejor y tiré p'alante.
El famoso jardín botánico. Hay que tener más cuidado en no resbalar con la tierra o tocar alguna planta urticante o con pinchos que en escalar en sí. Aprovechando que este largo tenía muy pocas chapas metí algún fisurero y estrené mi único friend.
3º reunión - Iba muy atento para no saltármela, ya que la cordada que nos encontramos abajo se la había saltado y habían tenido que escalar en ensemble unos metros. Ahora si que estaba realmente feliz... si no fuera por un hormiguero que había en la reunión y que me obligaba cada pocos minutos a quitarme las hormigas que me mordían los pies...
Antonio llega a la reunión en un plis suelta la mochila, recoge trastos, y flechao parriba. Va tan sobrao, que hasta posa. En este largo aprovecha también él para meter cacharritos y practicar.
Aquí las vistas ya son impresionantes, y hay una ostia de cuidado, y si no, que se lo preguntan a mi trípode, que decidió dar un salto al vacío...
3º reunión - Iba muy atento para no saltármela, ya que la cordada que nos encontramos abajo se la había saltado y habían tenido que escalar en ensemble unos metros. Ahora si que estaba realmente feliz... si no fuera por un hormiguero que había en la reunión y que me obligaba cada pocos minutos a quitarme las hormigas que me mordían los pies...
Antonio llega a la reunión en un plis suelta la mochila, recoge trastos, y flechao parriba. Va tan sobrao, que hasta posa. En este largo aprovecha también él para meter cacharritos y practicar.
Aquí las vistas ya son impresionantes, y hay una ostia de cuidado, y si no, que se lo preguntan a mi trípode, que decidió dar un salto al vacío...
Antonio se pierde de vista, y empiezo a darme cuenta de que tenemos que marcarnos un codigo para comunicarnos, ya que el viento va hacia la pared y no nos escuchamos mutuamente (cosas de novatos).
La 4ª reunión tampoco es muy cómoda (aunque segura sí, 3 chapas) y como los pies me están matando, paso como un obús y parriba.
Con las prisas, se me olvida pasarle la cámara a Antonio, así que por primera vez, el 1º de cuerda le echa una foto al segundo. La verdad es que la foto es decepcionante, porque parece que estemos a 30 metros de altura en vez de a 150.
Las vistas son espectaculares...
Los últimos metros son un trámite, pero me llevo un rato para encontrar las chapas y la reunión (cosas de la miopía, imagino...)
Momentos de gloria, ¡¡Lo hemos logrado!!
Foto de cumbre.
Ha merecido la pena cargar con la mochila (sé que lo del zumo está mal, que debería ser vino o cerveza, pero Antonio es un tío muy sano, y yo cojo complejo de borracho cuando bebo solo...)
Antonio está pletórico...
Bueno, toca volver abajo y aún nos queda un poco lejos...
Ahora es el momento de decidir hacia donde tiramos. Los hitos, no los vemos (esta miopía da mucho por saco...), así que tenemos que decidir para que lado tirar. Como la cordada que nos precedió estaba debajo de la vía comiendo, inteligentemente deducimos que han bajado por la parte superior del valle, porque no creemos que si han salido por la parte de abajo hayan subido de nuevo hasta la vía a comer... así que empezamos a caminar en esa dirección.
Después de intentar bajar por 2 canales, ver que nos matamos y volver a subir, decidimos que vamos a tirar hasta el final del valle, porque ahora que hemos subido enteros, ¿pa que matarnos bajando?
Esta es la ruta que seguimos para bajar, que al final tampoco fue tan fácil, porque el bosque tenía algún cortaillo con mucha tierra propicia para resbalones tontos con final desagradable.
En la bajada descubrimos una pequeña sima, y nos entran ganas de hacer un poco de espeleo, pero tiramos para abajo, a ver si nos da tiempo a darnos un chapuzón en la playa...
Evidentemente, ahora le toca la mochila a Antonio, aunque lleva 4 kg menos de peso...
Bajando se divisa perfectamente la vía completa a lo largo del espolón, la verdad es que sigue una línea muy esbelta, como no podía ser de otra manera llevando semejante nombre.
Decidimos acercarnos a pie de vía a ver si encontramos el trípode, para no dejar basura por ahí, vamos... y lo encontramos:
La verdad es que teniendo en cuenta el vuelo que ha hecho, no está nada mal, lo malo es que los tornillos se han roto, así que lo dejaré en mi mesa de recordatorio...
Llegamos al coche y tomamos el camino para el bar de Fuente del Hilo a tomarnos un refrigerio.
Como Antonio sigue siendo muy sano, se toma un acuarius, y yo, para evitar mi lado ebrio, le acompaño pero me hago a la idea de que es un cubatilla...
Salimos pitando para La Manga que Alfredito estará aburrido. Ha sido un día inolvidable lo recordaremos con una sonrisa en la cara durante muuuucho tiempo, y esperamos que sólo sea el preludio de cosas aún mejores...
Y el domingo, para descansar bañito en la playa, unas paletillas, cervecita, paella y de vuelta a Granada...
Si va a resultar que tenemos estilo y todo para esto de las paletas xDxDxDxD
La 4ª reunión tampoco es muy cómoda (aunque segura sí, 3 chapas) y como los pies me están matando, paso como un obús y parriba.
Con las prisas, se me olvida pasarle la cámara a Antonio, así que por primera vez, el 1º de cuerda le echa una foto al segundo. La verdad es que la foto es decepcionante, porque parece que estemos a 30 metros de altura en vez de a 150.
Las vistas son espectaculares...
Los últimos metros son un trámite, pero me llevo un rato para encontrar las chapas y la reunión (cosas de la miopía, imagino...)
Momentos de gloria, ¡¡Lo hemos logrado!!
Ha merecido la pena cargar con la mochila (sé que lo del zumo está mal, que debería ser vino o cerveza, pero Antonio es un tío muy sano, y yo cojo complejo de borracho cuando bebo solo...)
Antonio está pletórico...
Bueno, toca volver abajo y aún nos queda un poco lejos...
Ahora es el momento de decidir hacia donde tiramos. Los hitos, no los vemos (esta miopía da mucho por saco...), así que tenemos que decidir para que lado tirar. Como la cordada que nos precedió estaba debajo de la vía comiendo, inteligentemente deducimos que han bajado por la parte superior del valle, porque no creemos que si han salido por la parte de abajo hayan subido de nuevo hasta la vía a comer... así que empezamos a caminar en esa dirección.
Después de intentar bajar por 2 canales, ver que nos matamos y volver a subir, decidimos que vamos a tirar hasta el final del valle, porque ahora que hemos subido enteros, ¿pa que matarnos bajando?
Esta es la ruta que seguimos para bajar, que al final tampoco fue tan fácil, porque el bosque tenía algún cortaillo con mucha tierra propicia para resbalones tontos con final desagradable.
En la bajada descubrimos una pequeña sima, y nos entran ganas de hacer un poco de espeleo, pero tiramos para abajo, a ver si nos da tiempo a darnos un chapuzón en la playa...
Evidentemente, ahora le toca la mochila a Antonio, aunque lleva 4 kg menos de peso...
Bajando se divisa perfectamente la vía completa a lo largo del espolón, la verdad es que sigue una línea muy esbelta, como no podía ser de otra manera llevando semejante nombre.
Decidimos acercarnos a pie de vía a ver si encontramos el trípode, para no dejar basura por ahí, vamos... y lo encontramos:
La verdad es que teniendo en cuenta el vuelo que ha hecho, no está nada mal, lo malo es que los tornillos se han roto, así que lo dejaré en mi mesa de recordatorio...
Llegamos al coche y tomamos el camino para el bar de Fuente del Hilo a tomarnos un refrigerio.
Como Antonio sigue siendo muy sano, se toma un acuarius, y yo, para evitar mi lado ebrio, le acompaño pero me hago a la idea de que es un cubatilla...
Salimos pitando para La Manga que Alfredito estará aburrido. Ha sido un día inolvidable lo recordaremos con una sonrisa en la cara durante muuuucho tiempo, y esperamos que sólo sea el preludio de cosas aún mejores...
Y el domingo, para descansar bañito en la playa, unas paletillas, cervecita, paella y de vuelta a Granada...
Si va a resultar que tenemos estilo y todo para esto de las paletas xDxDxDxD
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